lunes, 20 de septiembre de 2010

VUELE MAS ALTO

 

Un joven piloto, experimentaba un   monomotor muy frágil.
Una de aquellas avionetas usadas en el tiempo de la segunda guerra; pero que todavía tenia condiciones de volar.
Al levantar el vuelo, escucho un ruido que venia de abajo de su asiento.
Era un ratón que roía una de sus mangueras que daba sustento para el avión permanecer en las alturas.
Preocupado pensó en devolverse para el aeropuerto, para librarse de su incomodo pasajero.
Pero se acordó que debido a la altura el ratón moriría rápidamente sofocado.
Entonces voló cada vez más alto.
Y noto que se acabaron los ruidos, que estaban colocando en riesgo su viaje.
Consiguiendo así hacer una gran aventura al rededor del mundo, el cual era su gran sueño.
MORAL DE LA HISTORIA
-              Si alguien le amenaza; vuele cada vez mas alto
-              Si alguien le critica; vuele cada vez mas alto
-              Si alguien intenta destruirlo por envidia o chismes y al final si alguien le injusticia, vuele cada vez mas alto
-              ¿Sabe porque?
Los que amenazan, los críticos, envidiosos e injustos son iguales a los ratones ¡no resisten las grandes alturas!
La propia palabra de Dios afirma, que los que confían en el Señor, levantaran alas como las águilas.
¿Sabe porque?
Porque las águilas vuelan encima de las tempestades, aguantan presión, y ven cosas que pocos consiguen ver. ¡Piense en eso!.

EL ARTE DEL MATRIMONIO

 

¿Cuál será el secreto de un matrimonio duradero? Parejas que conviven hace muchos años hablan de paciencia, renuncia, comprensión. En la verdad cada uno tiene su formula especial.
Recientemente leímos artículos de un escritor que encontramos muy interesantes. El afirma que un buen matrimonio debe ser creado. En el matrimonio las pequeñas cosas son las grandes cosas.
Y jamás el ser muy viejo para darse las manos, y recordarse de decir ¡Te amo! Por lo menos una vez al día, y nunca ir a dormir molestos.
Es tener valores y objetivos comunes; es estar unidos a enfrentar el mundo, es formar un círculo de amor que una a toda la familia. Es dar elogios y tener la capacidad de perdonar y olvidar. Es proporcionar una atmosfera donde cada cual pueda crecer en la búsqueda de lo bueno y de lo bello. Y no solo casarse con la persona correcta, sino con el compañero perfecto.
Y para ser el compañero perfecto es necesario tener buen humor y optimismo, ser natural y saber reaccionar con tacto. Y el saber escuchar con atención sin interrumpir a cada instante. Es mostrar admiración y confianza, interesándose por los problemas y actividades del otro, preguntar aquello que le molesta o lo deja feliz, ¿Por qué esta molesto? Ser discreto para saber en que momento su compañero necesita estar solo para colocar en orden sus ideas, y distribuir cariño y comprensión combinando amor y poesía, sin olvidar el coqueteo y la cortesía. Es tener sabiduría para repetir los momentos de noviazgo, aquellos momentos en que los músicos del mundo salían tocar solo para los dos, y ser el apoyo delante de los demás, tener cuidado con el lenguaje, ser firme y leal. Es tener atención aun las dificultades, y conseguir descubrir cuando el uno se esmera con el otro; un nuevo corte de cabello, una ropa diferente, detalles pequeños pero muy importantes, es saber dar atención para la familia del otro, pues al unirse las dos familias pasan a formar una unidad. Es cultivar el deseo constante de superación, y responder firmemente y de forma justa por todos los actos. Y ser agradecido por todo lo que hace en la vida el uno del otro.
El amor real; por mantener sus raíces en equilibrio, va afirmándose de día en día, a través de la convivencia estrecha. El amor nascido de una convivencia progresiva y madura, no tiende a acabarse, pero si a crecer, una vez que la pareja pasa a conocer los defectos, las virtudes, manías y costumbres del otro.
El equilibrio del amor promueve la práctica de la justicia y la bondad, de la cooperación y de la conciencia de su deber del afecto y la advertencia de madurar cada día.

Jesús habla sobre el aborto


Contra hechos no hay argumentos, ya lo dice el refrán popular. Y cuando el asunto es el aborto, los hechos se comprueban por estadísticas, como la del Instituto Guttmacher, divulgada recientemente, que afirma que alrededor de 70 mil mujeres mueren por año en el mundo, víctimas de abortos clandestinos.
Estupro, pedofilia, embarazo precoz, violencia doméstica, entre otros, son algunos de los factores que han llevado a mujeres y adolescentes a buscar clínicas clandestinas para poner fin a un embarazo no deseado, sometiéndose a procedimientos riesgosos, debido a la falta de condiciones hospitalarias adecuadas para atenderlas, principalmente en caso de que se presente alguna complicación.
Siempre digo que estoy a favor del aborto, no de forma indiscriminada, sino en determinadas circunstancias. No hago esto para declararle la guerra a ninguna religión o parte de la sociedad que está en contra del procedimiento. Tengo esta opinión principalmente porque la fe que profeso me impide exaltar la hipocresía. El aborto no es la causa del problema, es el efecto. El problema comienza antes, en la falta de información, principalmente en las clases financieramente menos favorecidas; en la falta de acciones preventivas; en la cantidad innumerable de cuestiones sociales que han provocado la destrucción de hogares y la banalización de la familia.
Diversas manifestaciones sociales, políticas y religiosas condenan la legalización del aborto, en nombre de la "defensa de la vida", pero parecen ignorar o no dar el mismo valor a la vida de los niños que nacieron sin ser deseados o en familias que no tienen la más mínima condición de criarlas, y que andan por ahí, revolviendo la basura para alimentarse, expuestas a todo tipo de violencia en la calle. Tampoco parece importarles la vida de niñas y mujeres que mueren diariamente en clínicas clandestinas de aborto.
Las banderas y carteles que estas personas e instituciones levantan contra el aborto les cubren la visión y les impide ver la verdad de los hechos. Las mujeres no van a salir por ahí aumentando el número de abortos, si la legislación aprueba el procedimiento y deja de considerarlas criminales. Nadie deja de abortar porque está prohibido por la ley. Lo que sí puede suceder es una notoria disminución del índice de mortalidad femenina y del número de niños pobres, desnutridos y víctimas de todo tipo de abuso por ser pobres y estar abandonados.
Para los que creen que no hay fundamento bíblico en lo que digo, cito el momento en el que el Señor Jesús se sentó a la mesa con Sus discípulos para celebrar la última cena, antes de ser torturado y morir. Él anunció que allí estaba presente quien Lo traicionaría, y sentenció: "A la verdad el Hijo del Hombre va, según está escrito de él, mas ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido." (Mateo 26:24).
A mi entender, esa última frase puede ser interpretada como: sería mejor que Judas hubiera sido abortado. Mejor que el futuro de su alma.
El Obispo Macedo

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