jueves, 4 de julio de 2013

"Y todavía hacéis esto..."

                         

“Y todavía hacéis esto: cubrís el altar del Señor de lágrimas, de llanto, y de gemidos; así que no miraré más a la ofrenda, para aceptarla con gusto de vuestra mano.” Malaquías 2:13
Así ha sido la vida de una gran parte de las personas que dicen ser de Dios, cristianas: llanto, lágrimas, lamentos, etc., acompañadas de ofrendas religiosas y sin contenido espiritual, como si Dios se dejase influenciar por la emoción y los sentimientos, o por esas mismas ofrendas vacías.
El Altar es el lugar donde es decidida la vida de aquellos que suben a él a través de sacrificios, pues fue para eso que fue erigido.
Es todo o nada, el punto de contacto entre la criatura y el Creador. Es allí donde la persona deja de ser aquello que es para ser aquello que Dios quiere que ella sea.
Hay momentos para lamentarse, llorar, clamar, gemir, pero la persona puede hacer eso en el atrio, en la iglesia, en casa… ¡EL ALTAR ES PARA DECIDIR!
Jacob fue bendecido económicamente y, consecuentemente, construyó una familia numerosa, porque había hecho el voto de ser diezmista, y cuando el voto es sincero, acompañado de fidelidad, Dios cumple, porque Él es Fiel y Verdadero.
Pero para que su identidad fuese cambiada y la Promesa fuese cumplida por completo, fue necesario el sacrificio de la entrega total, material, física y espiritual, quedándose solo delante de Dios, despojado de todo.
¡Llegó su turno!
El Altar está preparado, así como la mano de Dios está extendida hacia usted.

Sacado del blog del obispo Macedo.

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